jueves, 1 de julio de 2010

APOLO Y DAFNE

En esta preciosa y muy bien elaborada escultura de Bernini podemos ver atracción, rechazo, pasión, turbación, desasosiego, deseo, lujuria, arrebato, delirio, emoción, sentimiento, frustración, deseo, tristeza...... entre el dios Apolo y la ninfa Dafne.

¿Cuántas veces muchos hombres nos hemos tenido por los mejores, deseando a quien considerábamos la mejor mujer, estando locamente enamorado de ella, y nos ha rechazado incomprensiblemente?, ¿hasta que punto un amor no correspondido es como una pregunta sin respuesta?, ¿cuántas veces aquello de “amor loco, yo por vos, y vos por otro”?, ¿cómo las razones de la razón, muchas veces no corresponden a las razones del corazón?, ¿por qué desde siempre se nos ha otorgado a los hombres el papel de los conquistadores, y no viceversa?, ¿por qué esas pasiones encendidas no satisfechas?, ¿y hasta por qué esos lloros inútiles?. Quizás sea algo que quisiera expresar la escultura con ese tono tan dramático y tan bello a la vez, en la que incluso los divinos no llegan a ser más afortunados que los humanos.

¿O será que el amor, la entrega enamorada de la persona deseada, finalmente es tan sólo cuestión de suerte, sino gracia caprichosa que te otorga la divinidad?.

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