BREVE BIOGRAFÍA DE PABLO RUIZ PICASSO (ABAJO ALGUNAS DE SUS OBRAS, ASÍ COMO PRESENTACIÓN DEL MULTIMILLONARIO DAVID NAHMAD, EL MAYOR COLECCIONISTA DE LAS OBRAS DE PICASSO)
Figura excepcional como artista y como hombre, Picasso fue
protagonista y creador inimitable de las diversas corrientes que revolucionaron
las artes plásticas del siglo XX, desde el cubismo hasta la escultura
neofigurativa, del grabado o el aguafuerte a la cerámica artesanal o a la
escenografía para ballets. Su obra inmensa en número, en variedad y en talento,
se extiende a lo largo de más de setenta y cinco años de actividad creadora,
que el pintor compaginó sabiamente con el amor, la política, la amistad y un
exultante y contagioso goce de la vida.
Famoso desde la juventud, admirado y solicitado por los
célebres y poderosos, fue esencialmente un español sencillo, saludable y
generoso, dotado de una formidable capacidad de trabajo, enamorado de los
barrios bohemios de París, del sol del Mediterráneo, de los toros, de la gente
sencilla y de las mujeres hermosas, afición que cultivó sin desmayo.
Pablo Diego José Ruiz Picasso, conocido luego por su
segundo apellido, nació el 25 de octubre de 1881, en el n.º 36 de la plaza de
la Merced de Málaga, como primogénito del matrimonio formado por el pintor
vasco José Ruiz Blasco y la andaluza María Picasso López. El padre era profesor
de dibujo en la Escuela Provincial de Artes y Oficios, conocida como Escuela
San Telmo. La primera infancia de Pablo transcurrió entre las dificultades
económicas de la familia y una estrecha relación entre padre e hijo, que ambos
cultivaban con devoción. El niño era un escolar menos que discreto, bastante
perezoso y muy distraído, pero con precoz facilidad para el dibujo, que don
José estimulaba.
En 1891 la familia se traslada a La Coruña, en cuyo
Instituto da Guarda son requeridos los servicios del padre como profesor. Pablo
inicia sus ensayos pictóricos, y tres años más tarde su progenitor y primer
maestro le cede sus propios pinceles y caballetes, admirado ante el talento de
su hijo. En 1895, Ruiz Blasco obtiene un puesto docente en la Escola d'Arts i
Oficis de la Llotja de Barcelona. Pablo resuelve en un día los ejercicios de
examen previstos para un mes, y es admitido en la escuela. En 1896, con sólo
quince años, instala su primer taller en la calle de la Plata de la Ciudad
Condal.
Dos años más tarde, obtiene una mención honorífica en la
gran exposición de Madrid por su obra Ciencia
y caridad, todavía de un realismo académico, en la que el padre ha servido
de modelo para la figura de un médico. La distinción lo estimula a rendir
oposición al curso adelantado en la Academia de San Fernando, mientras sus
trabajos, influenciados por El Greco y Toulouse-Lautrec, obtienen nuevas
medallas en Madrid y Málaga.
En 1898 realiza su primera muestra individual en Els Quatre
Gats de Barcelona. Finalmente, en el otoño del año 1900 hace una visita a París
para ver la Exposición Universal. Allí vende tres dibujos al marchante Petrus
Mañach, quien le ofrece 150 francos mensuales por toda su obra de un año. Pablo
es ya un artista profesional, y decide firmar sólo con el apellido materno. En
1901 coedita en Madrid la efímera revista Arte Joven, y en marzo viaja nuevamente
a París, donde conoce a Max Jacob y comienza lo que luego se llamará su
«período azul». Al año siguiente expone su primera muestra parisiense en la
galería de Berthe Weill, y en 1904 decide trasladarse definitivamente a la
capital francesa.
Picasso se instala en el célebre Bateau-Lavoir, en el
número 13 de la calle Ravignan (hoy plaza Hodeau), alojamiento variadamente
compartido por artistas sin blanca, entre otros el también español Juan Gris.
Allí, Pablo traba amistad con Braque y Apollinaire, y se enamora de Fernanda
Olivier. Durante tres años pinta y dibuja sin cesar, rendido a la influencia de
Cézanne, mientras elabora con Braque las líneas maestras del cubismo analítico,
cuya gran obra experimental, Las
señoritas de Aviñón, es pintada por Picasso en 1907.
Pronto sobreviene el asombro y el escándalo ante un estilo
deforme que rompe todos los cánones y va ganando nuevos adeptos, al tiempo que
su audaz inventor expone en Munich (1909) y en Nueva York (1911). Pablo ha
encontrado una nueva compañera en Marcelle Humbert, y siempre seguido por
Braque, se lanza a inventar el cubismo sintético, que los acerca al borde de la
abstracción (en su extensa y tan variada obra, Picasso jamás llegaría a
abandonar la figuración). Poco después, se muda de Montmartre a Montparnasse, y
se abren exposiciones suyas en Londres y Barcelona.
En 1914, con la guerra, llegan las tragedias: Braque y
Apollinaire son movilizados, y Marcelle muere súbitamente ese otoño. Pablo
abandona prácticamente el cubismo, y busca otros caminos artísticos. Los
encuentra en 1917, cuando por medio de Jean Cocteau conoce a Diáguilev, que le
encarga los decorados del ballet Parade de Eric Satie. El fin de la guerra le
trae un nuevo amor, la bailarina Olga Clochlova, y también un nuevo dolor: la
muerte de Apollinaire a consecuencia de una grave herida en la cabeza. Se casa
con Olga en 1918, y hasta 1925 trabaja en diversos ballets que dan cauce a su
evolución pictórica.
Un viejo retrato de su madre, pintado en 1918, le valdrá el
millonario premio Carnegie de 1930, que le permite adquirir una suntuosa villa
campestre en Boisgelup, y pasarse más de un año viajando por España. Por
entonces vuelve a la escultura y mantiene un romance con Teresa Walter, del que
nace su primera hija, Maya. La Clochlova inicia un escandaloso juicio para
conseguir el divorcio, que el juez se niega a conceder. Despechado, Picasso se
enamora de Dora Maar.
Al estallar la Guerra Civil, Picasso apoya con firmeza al
bando republicano, y acepta simbólicamente la dirección del museo del Prado,
mientras en 1937 pinta el Guernicaen
París. Dos años después se realiza una gran exposición antológica en el Museo
de Arte Moderno de Nueva York. Deprimido por el triunfo de los nacionales y la
posterior ocupación de Francia por los nazis, pasa la mayor parte de la Segunda
Guerra Mundial trabajando en su refugio de Royan.
En 1944, se afilia al Partido Comunista Francés y da a
conocer 77 nuevas obras en el Salón de Otoño. Después se entusiasma por la
litografía y por la joven y hermosa pintora Françoise Guillot, con la que
convive hasta 1946. Se inicia así su etapa de Vallauris, en la que trabaja en
sus magníficas cerámicas. Con Françoise tendrá dos hijos: Claude, nacido en
1947, y Paloma en 1949.
En 1954, el infatigable anciano se fascina por una
misteriosa adolescente de delicado perfil y largos cabellos rubios llamada
Sylvette D., que acepta posar para él a cambio de uno de los retratos, a su
elección. El trato se cumple y su resultado produce algunas de las obras más
conocidas y reproducidas del pintor, como el famoso perfil de Sylvette en la
butaca verde.
Si la fascinación por la etérea
Sylvette había sido platónica, no tuvo el mismo cariz su atracción por
Jacqueline Roqué, joven de extraodinaria belleza a la que tomó como compañera
en 1957, un año antes de pintar el gigantesco mural para la UNESCO. Fértil
milagro del arte y de la vida, Picasso seguirá creando, amando, trabajando y
viviendo intensamente hasta morir en 1973. Dejó tras de sí la mayor y más rica
obra artística personal de nuestro siglo, y una fabulosa herencia que provocó
agrias disputas hasta recaer en un ser de pacífico nombre: Paloma, su hija.
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
HE AQUÍ EL MAYOR COLECCIONISTA DE LAS OBRAS DE NUESTRO PINTOR ESPAÑOL PABLO RUIZ PICASSO: DAVID NAHMAD:
POR ESTAS FECHAS SE EXPONE EN MÓNACO LA COLECCIÓN PRIVADA DE PICASSOS MAS
IMPORTANTE DEL MUNDO.
150 PINTURAS DE
PICASSO, LA MAYORÍA POSTERIORES A 1950 QUE NO SE HAN VISTO NUNCA
ENTREVISTA CON EL
PROPIETARIO DE LA COLECCION NAHMAD.
NAHMAD TIENE 4500 CUADROS EN UN
BUNKER EN SUIZA.
Posee 300 Picassos. Este marchante de origen
libanés, uno de los más influyentes del mundo, atesora además otras 4500 obras
de artistas como Calder, Miró, Chagal... Hablamos con el rey del mercado del
arte en el año en el que se cumple el 40 aniversario de la muerte de Pablo
Picasso.
Con motivo del 40 aniversario de la muerte de
Picasso, Mónaco acoge una exposición del pintor, muchos de cuyos cuadros
pertenecen al coleccionista David Nahmad.
David Nahmad no es de los que guardan sus tesoros
en el fondo de un cajón. Al contrario, su mayor placer es compartirlos. Por
eso, con ocasión del 40 aniversario de la muerte de picasso, se pueden admirar
en Mónaco un centenar de obras del gran artista español.
Estas pinturas forman parte de la prestigiosa
colección que David Nahmad reunió, junto con su hermano Joe, a lo largo de los
últimos 50 años. Se trata de una de las mayores del mundo: 4500 obras en total
y valorada en unos 3000 millones de dólares, que se halla normalmente en una nave
gigante situada en una zona franca del aeropuerto de Ginebra ( Suiza ). De entre todas
las obras destacan 300 Picassos, lo que supone la colección más grande fuera de
la familia del pintor.
David nació en Beirut en 1947. Su padre era un
banquero originario de Alepo (Siria). Tras la muerte de su hermano mayor,
Albert, en un accidente de avión, la familia se instaló en Milán (Italia).
Allí, David y su hermano Joe descubren la pintura.
Gracias a su gran olfato logran comprar barato y
vender caro. Un ejemplo: en 2007 vendieron un retrato de Jacqueline (la segunda
mujer de Picasso) por 30,8 millones de dólares que habían comprado 12 años
antes por solo 2,5. La trayectoria de David Nahmad está entretejida con el
nombre de Picasso. En los años sesenta conoce a su marchante, Daniel-Henry
Kahnweiler, en París.
Allí contempla las primeras obras del pintor y se
convierte en su coleccionista. Sin embargo, aunque conoció a Calder, Miró,
Chagall o De Chirico, jamás se encontró con su inspirador. Por timidez. O por
el miedo inexplicable a acercarse a aquel que la historia había colocado en la
cumbre del arte y que él había puesto en el centro de su vida. David se niega a
considerar el mundo del arte como una máquina de especulación financiera y le
gusta recordar la frase de Nietzsche «lo que tiene precio no tiene valor».
He aquí os inserto la entrevista publicada en XLSemanal:
XL. Usted ha llenado Italia de obras de
Picasso. ¿Cómo empezó todo?
David Nahmad. De una forma un tanto rocambolesca.
En los años sesenta iba y venía de París a Milán con mi coche cargado de
cuadros. Un día, mi hermano y yo condujimos toda la noche y se nos ocurrió atar
al techo del coche un cuadro que no cabía en el maletero. Cuando llegamos a
Milán, descubrimos horrorizados que el cuadro había desaparecido. Rehicimos el
camino en sentido contrario. Y recuperamos la obra, intacta, que estaba... ¡en
un arcén! La verdad es que no teníamos muchos compradores. Un Picasso valía
15.000 dólares en aquella época. Para atraer compradores, les ofrecía pagar en
dos años.
XL. ¿Se aprende a ser marchante de arte?
D.N. Me convertí en marchante por la fuerza de los
acontecimientos. Quería ser matemático, pero abandoné mis estudios de ingeniero
para dedicarme al arte gracias a mi hermano mayor, Joseph, un personaje fuera
de lo común.
XL. Cuente, cuente...
D.N. Era un hombre de negocios, y le gustaba
arriesgarse, al contrario que a nuestro padre. Compraba de todo. Si entraba en
una tienda para comprar una maleta, ¡salía con diez! Lo mismo le pasaba con las
casas. ¡A su muerte nos encontramos con decenas de apartamentos! Joe era
noctámbulo, divertido y trabajador, y conocía a muchos actores y actrices, como
Rita Hayworth. Italia vivía entonces una edad dorada; el país tenía la tercera
tasa de crecimiento del mundo, tras Japón y Corea. Era un milagro económico. La
cultura y el cine estaban en plena ebullición. Había galerías de arte por todas
partes. Joe estaba loco por el arte. Frecuentaba a Fontana, a Pomodoro, a
Marini, a De Chirico. Tenía una casa maravillosa en Milán, decorada por sus
amigos artistas. Él fue el primer coleccionista de la familia.
XL. ¿Qué compraba?
D.N. Al principio, objetos de arte decorativo. En
1951 envió 40 cuadros a mi madre. Eran porquerías, la verdad. Pero pagó por
ellos 4000 dólares. Yo le tomaba el pelo. Le decía: «Joe, ¿te das cuenta?, ¡con
4000 dólares podríamos haber comprado 40 cuadros de Léger!». Un Léger costaba
entonces 100 dólares... A Joe le daba igual. Era joven y estaba empezando. Con
el tiempo haría compras mucho mejores. Le gustaba todo: los grandes maestros,
el arte egipcio, el chino...
XL. ¿Qué pensaban sus padres?
D.N. No entendían nada. Cuando a Joseph le robaron
un Gauguin en una fiesta, mi padre dijo: «A mi hijo no le han robado en casa,
¡le robaron cuando compró esa pintura!». Era un paisaje de 1879. Joe lo había
adquirido en una subasta por diez mil dólares.
XL. Su padre era banquero.
D.N. Sí, y el crac bursátil del 29 fue devastador
para mi familia. Perdimos el 95 por ciento de todo nuestro capital. El único
sector en el que todo iba bien era el arte. Todavía no había un mercado.
XL. Y usted y su hermano decidieron en los sesenta
aprovechar la oportunidad.
D.N. Exacto. Diez años antes, el único mercado en
plena efervescencia era el de los diamantes. El arte no existía como inversión.
En 1967-1968, el momento era muy favorable. La gente empezaba a cultivarse.
Vendimos algunos cuadros para comprar otros. Fue así como empezó todo. Pero
vender cuadros nos daba menos placer que adquirirlos, salvo si era para comprar
otros más importantes. Poco a poco construimos una red de relaciones con
grandes marchantes.
XL. Entre ellos, el de Picasso: Daniel-Henry
Kahnweiler.
D.N. En 1964 compramos dos cuadros de Juan Gris en
la exposición que Kahnweiler organizó en Roma. Gris era su tesoro, pero nadie
se interesaba por aquel pintor cubista. Cuatro años después fui a la Galería
Louise Leiris, en París, que pertenecía a Kahnweiler. Quería verlo y saber si
tenía otros Juan Gris para ofrecernos. Su secretario me explicó que había que
escribir con dos meses de antelación para pedir cita. Yo vivía a la manera
italiana, no sabía que en París se tenía tanto respeto por los marchantes.
Cuando estaba a punto de irme, su secretario me preguntó por qué quería verlo.
Cuando le expliqué que yo era el que había adquirido los dos Juan Gris en Roma,
Kahnweiler apareció de inmediato. Le sedujo de nosotros que comprábamos por
puro gusto y no por cálculo. Nos convertimos en grandes amigos. Más adelante,
mi hermano y yo le propusimos que nos dejara algunos Picassos para venderlos en
nuestra galería italiana. Era difícil encontrar entonces cuadros de Picasso.
Había una verdadera demanda.
XL. Usted hizo de Picasso el pilar de su colección.
D.N. Picasso es el puntal de la historia del arte.
Sin él, el arte no habría evolucionado tan rápido como lo hizo. Mire, por
ejemplo, El cinturón amarillo, un retrato de Marie-Thérèse Walter realizado en
1932. ¿Usted diría que esa pintura tiene 81 años? El tratamiento del mechón de
cabello, la violencia de los colores sin mezclas. Toda la pintura pop ya está
ahí. Y el título, ¡qué audacia para la época! Roy Lichtenstein pintó un cuadro
titulado también El cinturón amarillo en 1964. Pero, como todos los americanos,
no conocía lo que Picasso había pintado 32 años antes. Me gusta Picasso también
como ser humano. Su inteligencia, su simplicidad, su forma de vivir, su
generosidad...
XL. Sin embargo, nunca quiso conocerlo.
D.N. ¡Y lo lamento tanto hoy! No me atreví a
pedírselo a su marchante, mi amigo Daniel-Henry Kahnweiler, y él nunca me lo
propuso. Yo no quería ver a Picasso a sus espaldas, me habría parecido
traicionarlo. La amistad y la ética siempre las apliqué en mi trabajo.
XL. ¿Cuál fue el primer cuadro que le gustó?
D.N. La leyenda de los siglos, de Magritte. Estaba
colgado en casa de Joseph. La imagen de esa pequeña silla apoyada sobre otra,
gigante, de piedra, como una metáfora del poder, me intrigaba mucho. Tenía 12
años cuando la vi por primera vez. Mi hermano había comprado la obra por
quinientos dólares. Se la vendí nueve años después a Sophia Loren por diez mil.
Fue en 1968, cuando abrí mi galería en Milán.
XL. ¿Fue el primer cuadro que vendió?
D.N. No. El primero fue un Max Ernst que le vendí a
un comerciante de alfombras por cinco mil dólares en Turín. ¡Estaba tan
orgulloso que me fui de juerga con mis amigos!
XL. ¿Es usted un comprador compulsivo?
D.N. Hace falta tiempo para adquirir obras
maestras. Se elige dentro de los límites de la oferta del momento. Yo compro
por impulso, por flechazos. En mi colección hay cuadros que adquirí por cinco
mil libras cuando tenía 18 años y que podría haber revendido miles de veces.
Hay obras que he vuelto a comprar después de haberme visto obligado a
venderlas. La peonza, de Fernand Léger, ¡la compré cinco veces! Sentí una
alegría inmensa al recuperarla. Es imposible estar en esta profesión sin amor.
Si no, me habría dedicado al negocio inmobiliario o a la Bolsa. Me gusta la
pintura inteligente, la de Picasso, Malevich, Kandinsky, Miró... Aportaron algo
que nadie había hecho antes. Sus obras son como documentos históricos. Vea, por
ejemplo, La mujer del pájaro, de Picasso. El miedo a la guerra, las alianzas
entre los países, el nazismo, Alemania intentando devorar Europa... Todo está
ahí. No es un retrato, es un testimonio histórico.
XL. El mercado del arte ha alcanzado precios de
récord; algunas veces, irreales... ¿Qué opina?
D.N. A veces, el beneficiado es el comprador. Por
ejemplo, Los jugadores de cartas, de Cézanne, que se vendió por 191 millones de
euros en 2012. En realidad, ese cuadro no tiene precio. Si hubiera podido lo
habría comprado. Es una pintura que nunca pasará de moda. Eso es lo que lo hace
extraordinario. Atraviesa el tiempo y conserva su verdad intacta, a pesar de
los terremotos sociales, de los cambios de mentalidad. Hoy, desgraciadamente,
el mercado del arte está apagándose. La mayoría de las obras maestras están en
museos. Ya no hay pasión, solo comercio. Los calculadores han sustituido a los
amantes. Cuando los artistas pintan por dinero, se acabó. Picasso nunca se dejó
cegar por la riqueza. Solo los especuladores y algunos jóvenes artistas de hoy
están fascinados por el dinero.
XL. ¿No le gusta el arte contemporáneo?
D.N. No me gusta la especulación que hay alrededor.
XL. Corot, Renoir, Toulouse-Lautrec, Monet,
Matisse... ¿Cuál es el valor aproximado de su colección?
D.N. No lo sé, y no me interesa.
XL. Estamos hablando de 4500 cuadros y de un valor
estimado de tres mil millones de dólares...
D.N. No tiene mucho sentido. Solo le da valor a una
obra su dimensión intelectual. Una obra es la única referencia importante, está
destinada a durar. Todo lo demás desaparecerá.
XL. ¿Cuál es su preferida?
D.N. La versión H de Las mujeres de Argel, de Picasso.
Luché mucho para tenerla. La compré en 1997 en una subasta en Nueva York. Este
cuadro había pertenecido al gran coleccionista y joyero Victor Ganz. En 1954,
Picasso reinterpretó Las mujeres de Argel en su apartamento, de Delacroix. Esta
pintura expresa sus vínculos profundos y al tiempo su rivalidad por los
maestros a los que veneraba. Realizó 15 versiones y no quería separarlas. Ganz
las compró todas por 212.000 dólares tras negociar largamente el precio.
Picasso le preguntó a su marchante: «¿Quién es ese idiota?». Ganz se enteró de
esa conversación y se vengó vendiendo la mitad de la serie ¡por el precio total
que había pagado! Esta obra me emociona porque rinde homenaje a Matisse, al que
amo profundamente. No sé por qué, pero me recuerda a mi padre, Hillel, y
también a mi hijo, Helly... Nunca me separaré de ella.
En la foto de abajo David Nahmad posa con su hijo Helly ante
uno de los Picassos de su colección que se expone en Monaco:
+++++++++++++++++++++++++++++++++++
DAVID NAHMAD, THE OWNER
OF THE LARGEST PICASSO COLLECTION IN THE WORLD.

David Nahmad (b. 1947, in Beirut, Lebanon) is a fine art dealer and billionaire. A
descendant of a Jewish Lebanese art family residing in Monaco and cousin of defunct Edmond Safra he and his relations are perhaps the single biggest buying
force in fine art. As of 2013, David Nahmad and his family's net worth was
estimated at $3 billion, ranking him with his family at 377 on the Forbes
billionaires list.
The roots of the Nahmad family are in Aleppo, Syria, where
Sephardic Jewish banker Hillel Nahmad lived until just after the second world
war. Following anti-Jewish violence in 1947, Hillel Nahmad moved to Beirut,
Lebanon and when the situation there became difficult, Hillel took his three
sons, Joseph (Giuseppe), Ezra and David, to Milan in the early 1960s.
As teenagers in the 1960s, they began to deal in
art. Ezra and David skip school to trade on the Italian stock market. At a Juan
Gris exhibition in Rome organised by
cubist dealer Daniel-Henry Kahnweiler, Ezra and David bought two works – the
only pieces sold. Kahnweiler befriended them, selling them works by Picasso,
Braque, Gris.With the emergence of the Red Brigades terror group in the 1970s, Milan was perceived
as too dangerous, and the family moved again. Joseph and Ezra headed for Monaco, and David to New York.
Helly Nahmad Gallery, on Madison Avenue, is a
company run by David’s son Hillel "Helly" Nahmad, who took over his
father’s earlier Davlyn Gallery in 2000. However, in a sexual harassment
lawsuit against David Nahmad that was settled out of court, the plaintiff, a
Helly Nahmad Gallery employee, described Helly as little more than a
figurehead, and said all important decisions were made by David and his older
son Giuseppe "Joe".
Jeffrey Deitch, a former dealer and current
director of the Museum of Contemporary
Art, Los Angeles, once described
the Nahmads as "like a major brokerage firm in the stock market",
adding: "The market needs a force like this to function."
David Nahmad is also the 1996 Backgammon World
Champion, and is known for betting incredibly large amounts of money on the
game.
On April
16, 2013, FBI agents raided the Helly Nahmad Gallery at the
Carlyle Hotel in New York City, charging the
gallery's owner, David's son Hillel "Helly" Nahmad, with financing a
multimillion dollar gambling operation and money laundering as part of the
Nahmad-Trincher Organization.
According to the FBI,the Nahmad-Trincher
Organization is a nationwide criminal enterprise with leadership in Los Angeles, California, and New York City. The
organization ran a high-stakes illegal gambling business that catered primarily
to multi-millionaire and billionaire clients. The organization utilized several
online gambling websites that operated illegally in the United States. Debts owed to
the Nahmad-Trincher Organization sometimes reached hundreds of thousands of
dollars and even millions. One client, who lost approximately two million
dollars to the organization, surrendered his plumbing company to the
organization as payment of the debt.
The Nahmad-Trincher Organization was financed by,
among others, Helly Nahmad and the art gallery he operates in New York City, the Helly
Nahmad Gallery. Helly Nahmad is also charged with conspiring to commit wire
fraud in connection with the sale of a painting worth approximately $250,000.
In the picture David Nahmad with several of the
Picassos of his collection.
+++++++++++++++++++++++++++++++++
Aquí abajo tenemos el cuadro del primer hijo de Picasso con su primera esposa Olga.
El cuadro es de 1923. Pertenece a la colección Nahmad que se exhibe por
primera vez en Mónaco. Es la colección privada de Picasso más importante del
mundo. Los cuadros guardados en un búnker de Suiza salen a la luz publica: